Se necesita abrir una conversación que esquive los estereotipos y desenmascare los prejuicios en torno a la prostitución. Desafiar la moralidad socialmente aceptada y hacer hincapié en la necesidad de entender que los trabajadores sexuales también tienen los mismos derechos laborales y de seguridad que otros trabajadores. Dichos derechos permitirían que los trabajadores sexuales ejerzan su profesión con dignidad y seguridad, sin miedo a la represión o a la discriminación por parte de la policía.
También es importante remarcar que la lucha no se trata sólo de entender el trabajo como una opción viable, sino de erradicar los abusos y la explotación del que son víctimas los trabajadores sexuales. Muchos hombres, mujeres y niños son víctimas de esta industria que explota a su población. Por lo tanto, la lucha por la despenalización de la prostitución va guiada por la búsqueda de estándares de seguridad que no pongan en riesgo la salud y seguridad de los trabajadores sexuales, especialmente los menores.
citas sexuales económico, la despenalización de la prostitución podría contribuir a reducir las brechas económicas, mejorando así la calidad de vida de muchas personas y betarse el hambre que afecta a miles de personas en todo el mundo. Si se permitiera que los trabajadores sexuales trabajaran legalmente, tendrían derecho a beneficios tales como salud, seguridad social y vacaciones pagadas. Esto contribuiría a reducir la vulnerabilidad económica que la prostitución suele generar.
Además, la eliminación de la criminalización de la prostitución significaría un cambio en la forma en que la comunidad LGBTTTIQ+ se ve a sí misma. Los trabajadores sexuales son un grupo ampliamente discriminado y estigmatizado, por lo que un desafío a la criminalización de la prostitución sería un importante paso hacia la igualdad social.
Sin embargo, algunas personas se oponen fuertemente a la despenalización de la prostitución. Ellos argumentan que legalizar la prostitución sería abrir la puerta para la explotación y las prácticas ilegales asociadas con la industria. Sin embargo, esto supone asumir que la legalización haría que se permitieran dichas prácticas, lo que no es necesariamente así. De hecho, la legalización ofrece mayores oportunidades de desarrollar estándares adecuados de seguridad y protección de los trabajadores sexuales.
También existe el temor de que la legalización de la prostitución destruya la moralidad socialmente aceptada. Sin embargo, el moralismo puede estar basado en la ignorancia o en estereotipos erróneos y por lo tanto no debería ser causa de desprecio hacia un trabajo legal.
Por otro lado, criticar la prostitución no significa juzgar a las personas que eligen dedicarse a esta profesión. La lucha por la despenalización de la prostitución es una lucha por los derechos humanos y la libertad de la gente para decidir qué hacer con sus propias vidas. El objetivo debe ser el de poner fin a la marginación social, el prejuicio y la explotación de los trabajadores sexuales, algo que la criminalización nunca logrará.